Microplásticos: gran problema del presente y el futuro

La sobreproducción de plástico y sus consecuencias más directas, como la excesiva producción de desperdicios y su gestión, son uno de los retos más urgentes a los que nos enfrentamos como especie.

Desde hace décadas somos conscientes del problema que esta sobredimensión del uso de plásticos produce, pero no ha sido hasta hace relativamente poco que la sociedad ha comenzado a preocuparse y hacer frente a otro de esos grandes retos de la humanidad: los microplásticos.

¿Qué son los microplásticos?

Los microplásticos son partículas de plástico de menos de 5 milímetros. Estos se clasifican en microplásticos primarios y microplásticos secundarios según su procedencia.

A los que han sido expresamente creados con ese tamaño se les conoce como microplásticos primarios. Estos microplásticos están presentes en multitud de productos de nuestro día a día: desde productos de higiene como pastas dentales y jabones, a detergentes o ropa. Por su parte, a los microplásticos que provienen de la degradación y rotura de fragmentos más grandes, que además son mucho más abundantes, se les denomina microplásticos secundarios.

Microplásticos que podemos encontrar en productos cosméticos. ©FRED DOTT / GREENPEACE

El problema de los microplásticos

Podríamos pensar que las micropartículas generan microproblemas, pero no es así. En los últimos años, diferentes estudios y organizaciones medioambientales han alertado del gran peligro que suponen estas micropartículas tanto para nuestro ecosistema como para nuestra salud.

Para hacernos una idea de la escala del problema, WEForum cifra en más de 10 millones de toneladas de plásticos vertidas en nuestros mares y océanos cada año. A esa ingente cantidad de plásticos hay que sumarle la alta concentración de desperdicios que generan, que acaban en el fondo del océano o se arremolinan en las corrientes de agua generando giros. También el tiempo que tardan en degradarse: una sola botella de plástico tarda alrededor de 450 años en desaparecer por completo, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.

Cómo afectan los microplásticos a nuestra salud

El otro gran problema de los microplásticos es una consecuencia directa de esta generación de desperdicios y responde a la pregunta “¿dónde van a parar los microplásticos?”. Pues bien, esos microplásticos entran en la cadena alimentaria y acaban en los alimentos que consumimos en el día a día. Y esto trae consigo una serie de problemas de difícil solución que van desde desórdenes alimentarios y reproductivos, a alteraciones en el metabolismo o cambios en la fisiología hepática.

WWF cuantifica en 5 los gramos de microplásticos que un humano ingiere a la semana: el equivalente a una tarjeta de crédito. Por su parte, un estudio conducido por científicos europeos encontró microplásticos en placentas humanas y alertó de las complicaciones graves que este tipo de micropartículas pueden suponer para el embarazo.

Pinturas plásticas: una fuente de microplásticos

Las pinturas plásticas se presentan como la segunda fuente de contaminación de microplásticos en los océanos, según la Agencia de Medio Ambiente de Noruega. La IUCN, por su parte, cifra en más de 60.000 el número de toneladas de microplásticos provenientes de pinturas y recubrimientos plásticos que acaban en el océano y alerta de que el 1% de la pintura aplicada se desprende cada año – cifra que aumenta en los recubrimientos industriales y marinos hasta un 5%.

Emisiones anuales de microplásticos por sector y naturaleza (Eunomia, ICF, 2018).

Como vemos en el gráfico, tres tipos de pinturas plásticas -de carreteras, de construcción y marinas- se incluyen entre los nueve sectores más contaminantes en lo que a la generación de microplásticos se refiere.

Graphenstone, una alternativa a los microplásticos

Sin embargo, no hay mayor medida contra el aumento de microplásticos que evitar consumirlos. Graphenstone, como marca green de pinturas más certificada del mundo, promueve la economía circular y el respeto por el medio ambiente al comercializar pinturas sin microplásticos ni otras sustancias tóxicas.

Las pinturas de Graphenstone, en vez de ser pinturas de naturaleza plástica, unen la cal artesanal -un método tradicional de pigmentación- y la tecnología de grafeno para crear un producto verde y de máxima calidad: una alternativa a los microplásticos para decorar tus estancias de manera más saludable. Para ti y para el medio ambiente.

Medidas contra los microplásticos

Como formas de atajar la problemática, Greenpeace propone fomentar medidas basadas en la economía circular: reducción, reutilización y reciclaje; actuaciones alineadas con el “Objetivo 14: Vida submarina” de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

En julio de 2018, solo 8 países en el mundo habían establecido prohibiciones a este tipo de micropartículas mediante leyes o reglamentos nacionales. Estos eran Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Nueva Zelanda, República de Corea, Suecia y Reino Unido. Otros cuatro países -Bélgica, Brasil, India e Irlanda- habían propuesto nuevas leyes que prohibían las micropartículas en el plano nacional.

Sin embargo, no será hasta este año, 2021, que la Unión Europea, a través de la Agencia Europea de Productos Químicos, presente la Ley de Residuos. Esta nueva ley tratará de reducir los desperdicios que generamos en Europa y, ente sus medidas, prevé la prohibición de los aquellos productos a los que, de manera intencional, se añaden microplásticos.

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